Un líder, es una persona con la capacidad de potencializar las virtudes de cada persona en su alrededor, hacer que ellos se destaquen de acuerdo a sus fortalezas, es una persona con la inteligencia para guiar los intereses comunes e integrar los mejores equipos de trabajo para obtener juntos los mejores resultados.
No obstante, nada tiene que ver eso con el concepto de liderazgo en nuestra sociedad.
En Venezuela- el país al revés- los líderes, en diferentes ámbitos, parecieran ser todos aquellos que representen los antivalores que nos hacen estar en donde estamos.
Apartando por una vez el tema político, nos tomamos en tiempo para cuestionar qué otro tipo de líderes e ídolos tenemos de forma consciente e inconsciente como modelos para nuestra adolescencia y juventud emergente.
Empecemos por una de las mujeres que más genera publicidad en el país, bien sea que se trate de una moto, cerveza, foto, medio impreso, evento musical o partido de béisbol, cuando la imagen de Dioshaily Rosfer Canales Gil acompaña “cualquier cosa” miles caen a sus pies. Se trata de Diosa Canales, una exótica bailarina- que ahora también canta- cuyas curvas seducen a todos cuantos la miran. Medio de que la publica alcanza record de ventas o de rating. Muy bueno si usted es dueño de un medio. Pero, ¿qué tal ella como ejemplo para sus hijas?
Hace muy poco una figura líder en los deportes, el pitcher Kelvin Escobar, era su pareja, un “caballero” que se encargó de hablar hasta más no poder de su ex amada utilizando los peores calificativos a través de las redes sociales disponibles a cualquier público infantil.
Otra vedet, conocida como Rosita, seguida por cientos de hombres y admirada por muchas niñas acaba de perder a su novio Luidig Ochoa, un ex convicto regenerado que adquirió fama mediante una serie que narra la realidad de las cárceles.
Una de las mujeres más atractivas del país salía con un ex convicto al que le decían “cara de muerto”. Esos son los ejemplos para nuestra juventud. Basta con ser “chévere”, tener plata, fama y demás para “coronar” un hembrón de esa calaña.
¿Qué tal los peloteros que cambiaron la fama atlética por el reggaetón o la revolución? ¿Vale más enchufarse para Ministro o Alcalde que seguir trabajando como un destacado Grande Liga?
No puede quedar por fuera la joya de David Emiliano Ramírez, el ex integrante de la banda musical “Los Ilegales”, que mató el pasado 5 de agosto a su novia, la modelo Ángela Medina, porque ella lo pilló bateando pa´el equipo contrario. La engañaba con su manager y éste por “mantener en secreto” su bisexualidad prefirió matarla.
Durante los años de dictadura en Chile proliferaron en los medios, especialmente televisivos, programas de chismorreo para que la gente se mantuviera ciega a los desastres del gobierno, había que entretenerlos para que no pensarán en sacar al Gobierno. Cualquier parecido con la realidad es mera coincidencia. Algo así como ver a Cindy Lazo haciendo una ensalada en el único canal de noticias del país.
El ídolo de muchos jóvenes es una especie de Capo, o un rapero malandro que consigue mujeres, carros y demás cantando verdaderas “estupideces”.
Somos el mejor público para cualquier show de magia, nos engañan fácilmente. Perdemos de vista lo importante con cualquier teatro, llámese Mundial de Fútbol, renuncias de Ministros, El Miss Venezuela, casería de pasajes para “raspar” el cupo, el partido Caracas-Magallanes, mientras que detrás viene una generación, quizá no preparada para el relevo, que no tendrá buenos ejemplos para imitar o peor aún no dispuesta a soñar, luchar y ser algo más que gente flaca y bonita con lindos fotos para compartir en Facebook e Instagram.
Va quedando muy poco de lo que ideamos ser como Nación y debemos ser todos constructores de la sociedad que anhelamos, no todo es culpa de los políticos, cuando fijamos nuestra idolatría en figuras banales nos convertimos en eso mismo.
Urge a como dé lugar el reencuentro con los límites. Cuidar de los hijos, más que de darles “lo mejor”, cuidar lo que se dice y con más detalle lo que se hace, el ejemplo pues. Aunque sea difícil hay que reflexionar y volver a empezar.
Lcda. Astrid Padrón
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