20.8.14

Carlos Cruz Diez: Una vida dedicada al arte del color

Carlos Cruz Diez: Una vida dedicada al arte del color

Publicado: 18/08/2014
A sus 17 años, en 1940, Carlos Cruz Diez comenzó, al ingresar en la Escuela de Artes Plásticas y Artes Aplicadas de Caracas, a cultivar el camino que más tarde lo llevó a desarrollar lo que se convirtió en su profesión y pasión de vida: el arte asociado al fenómeno del color y de la realidad.
Actualmente, Cruz Diez, quien este 17 de agosto cumple 91 años de edad, es el máximo representante del arte que propone el color como una realidad que se desarrolla en el tiempo y en el espacio inmediato sin necesidad de utilizar la forma o el tradicional soporte.
La proposición artística de Carlos Cruz-Diez se fundamenta en sus ocho investigaciones que ponen de manifiesto los diferentes comportamiento del color:Couleur Additive, Physichromie, Induction Chromatique, Chromointerférence Transchromie, Chromosaturation, Chromoscope yCouleur dans l’espace.
“El arte es un mensaje directo al espíritu y el mundo que yo escogí para desarrollar es el mundo del color que es eminentemente afectivo. El color toca la afectividad profunda porque hoy en día hay con la computadora millones de rojos, de azules, de verdes y, sin embargo, uno escoge uno, como en el amor”, destacó en una entrevista ofrecida en Estampa 2011, feria de arte contemporánea que se realiza anualmente en Madrid, España.
En estas declaraciones, aclaró que aunque su arte ha sido calificada como cinética, esto no atiende al hecho del movimiento, pues se refiere a que por primera vez en la historia del arte el tiempo y el espacio son elementos que forman parte de la realidad inmediata cuando el espectador admira la obra.
“Anterior a nosotros, el tiempo y el espacio eran sugeridos. Nosotros no seguimos trasponiendo el tiempo y el espacio, lo llevamos vamos a crear realidades y en una obra cinética usted está frente a un acontecimiento. Son obras que son un acontecimiento real “, explicó.
Al hacer referencia a su oficio de vida, definió el arte como “el mecanismo de comunicación más bello y más eficaz que el hombre ha podido inventar, porque además es una comunicación intemporal, no es circunstancial como la comunicación política o económica, por eso el arte es una súper estructura de la sociedad”.
No en vano su trayectoria ha sido honrada con 18 premios y reconocimientos alrededor del mundo, entre los que destacan el Premio Nacional de Artes Plásticas, Instituto Nacional de Cultura y Bellas Artes (INCIBA), Venezuela, en 1971; Segundo Premio, Festival Internacional de Pintura, Château-Musée de Cagnes-sur-Mer, Cagnes-sur-Mer, Francia, en 1969; Premio Internacional de Pintura, IX Bienal de São Paulo, São Paulo, Brasil, en 1967; y el Gran Premio, III Bienal Americana de Arte, Universidad Nacional de Córdoba, Facultad de Ciencias Exactas, Argentina, en 1966, entre otros.
La última distinción obtenida por Cruz Diez fue el Premio Penagos de Dibujo, Fundación Mapfre, Madrid, España, en 2012.
Además, sus obras son exhibidas en las colecciones permanentes del Museo de Arte Moderno de Nueva York (MOMA), Museo Nacional Británico de Arte Moderno, Londres; Centro Nacional de Arte y Cultura Georges, París; El Museo de Bellas Artes de Houston, Estados Unidos; Museo de Arte Contemporáneo de Montreal, Canadá; Museo Wallraf-Richartz, Alemania; y  Museo de Arte Moderno de la Ciudad de París, entre otros.
Habitantes de la Gran Caracas y del estado Vargas pueden disfrutar de 28 obras de Cruz Diez que engalanan los espacios públicos de esta entidades, entre las que están:Cromointerferencia (1973) de la Torre la Previsora, en Plaza Venezuela, Caracas;Fisicromía (1973), Banco Central de Venezuela, sede Caracas; Ambientación de color aditivo (1974), que adorna el piso y las paredes del Aeropuerto Internacional Simón Bolívar, estado Vargas; Fisicromía para Andrés Bello (1982), ubicada también en Plaza Venezuela, y Laberinto cromovegetal (1994) de la Universidad Simón Bolívar, Caracas.
Uno de sus trabajos más recientes, Inducción cromática para sentarse a oír música, fue realizado en el Centro de Acción Social por la Música, en la sala Simón Bolívar, donde plasmó su arte en los 1.500 asientos de la sala con la técnica conocida como color aditiva, que también aplicó en el telón de la sala.
Desde el año 1960, el artista venezolano está residenciado en Francia

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