20.11.14

Perros memorables en el cine

La naturaleza fiel y juguetona de los perros es una feliz trampa para los humanos que ceden a su mirada amistosa y a menudo encuentran en ella más confianza y paz que en muchas personas. Otras, ven en ellos un espejo de su propia naturaleza, una animal, vinculada a las necesidades más básicas y a la defensa del territorio; pero también noble, la que busca consuelo y calor en otro cuerpo vivo sin importar las evidentes diferencias físicas y psíquicas entre hombre y canino.
El cine le ha rendido varios homenajes a esta misteriosa pero constante amistad. En orden cronológico, diez perros memorables en el cine. 
Rover 
Rescued by Rover, Dir. Cecil M. Hepworth, Lewin Fitzhamon, Reino Unido, 1905 
Rover el perro Collie de los Hepworth, es una mascota adulta, atenta, segura y observadora que se preocupa por la joven familia británica. El animal se convierte también en un héroe cuando rescata a la pequeña Barbara Hepworth de su secuestradora, una gitana alcohólica. El perro –su verdadero nombre Blair– fue la primera mascota canina en la historia del cine. Y su primer trabajo, como desde épocas remotas, fue proteger lo más preciado del hombre: la familia.
Totó 
El mago de Oz, Dir. Victor Fleming, Estados Unidos, 1939 
Totó es la Cairn Terrier de pelaje oscuro que acompaña a Dorothy (Judy Garland) en su viaje por el camino de baldosas amarillas hacia Ciudad Esmeralda en El mago de Oz, la adaptación fílmica de The Wonderful Wizard Of Oz (1900) de Lyman Frank Baum. Totó es una perra temeraria que siempre está retando al peligro. Cuando la fiel y amorosa mascota persigue el tornado que azota Kansas, Dorothy emprende un viaje para encontrarla. De ese modo, la perra se vuelve el motor para que la chica inicie la aventura que la conduce al mundo de Oz, un reino excéntrico e inquietante por el que Totó y su dueña deberán atravesar antes del anhelado regreso al hogar.
Colmillo blanco 
White Fang, Dir. Randal Kleiser, Estados Unidos, 1991 
Fruto de la relación entre una perra y un lobo en las Tierras Vírgenes de Alaska, Colmillo blanco es el protagonista tanto de la novela homónima de Jack London como de la adaptación cinematográfica de ésta, realizada por Randal Kleiser en 1991. Si en el material literario original la transformación fincada en el amor de un lobo-perro agresivo a un animal dócil, funcionaba como una fábula del “amaestramiento” del hombre; en la versión cinematográfica de White Fang tal benévolo cambio del lobezno protagonista es acompañado con un arquetípico cuento de amistad entre un personaje inventado para la ficción cinematográfica, el joven Jack (interpretado por el entonces lozano Ethan Hawke, quizá llamado así en honor al escritor estadounidense), quien en plena fiebre del oro llega a Alaska para reclamar la herencia de su fallecido padre, y en donde entabla una amistad con Colmillo blanco,  un perro que rescata de sus dueños, quienes lo maltratan. El romanticismo de Colmillo blanco recae en el reiterado y sincero intento de Jack de ser amigo del lobo-perro, no obstante que los humanos nunca le han demostrado ser dignos de confianza. Él nunca ha sido tratado como un amigo, pero Jack está dispuesto a hacerlo, porque, después de todo, la lealtad, el amor y la confianza no necesariamente son valores exclusivos de las amistades humanas. 
JAR (@franzkie_)
Coffee 
Amores perros, Dir. Alejandro González, México, 2000 
Un accidente automovilístico es el suceso que enlaza las tres historias, escritas por Guillermo Arriaga, enAmores perros. También, es el momento en el que el Coffee cambia de dueño. Después de ser utilizado por Octavio (Gael García Bernal) en peleas clandestinas, Coffee es herido por el Jarocho (Gustavo Sánchez Parra); en plena persecución y luego del choque en el que Octavio está involucrado, el Coffee es recogido por El Chivo (Emilio Echevarría), un vagabundo que vive rodeado de perros callejeros, y decide llevarlo a su vivienda. Ahí, el Coffee, que ahora ha sido rebautizado como Negro, mata a los demás animales, pero es perdonado por el Chivo, quien se siente identificado con el violento pasado del animal; un perro entrenado para agredir y matar a sus semejantes.
Lassie 
Lassie, Dir. Charles Sturridge, Reino Unido, 2005 
Desde su invención en 1938 por el escritor británico, Eric Knight, el personaje de Lassie, una perra collie que debe recorrer casi 800 kilómetros para regresar a su casa –desde el norte de Escocia hasta el pueblo minero de Yorkshire–, ha sido objeto de representación en múltiples series de televisión, historietas y filmes. La más reciente versión, dirigida por Charles Sturridge en 2005, enfatiza en cómo Lassie es motivada por la lealtad y fidelidad hacia la humilde y cariñosa familia a la que pertenecía, y decide abandonar al propietario que la ha adquirido y que sólo la ve como una mascota, y no como un amigo o un integrante de la familia.
Hachi 
Hachi: A Dog's Tale, Dir. Lasse Hallström, Estados Unidos, 2009 
“Hachi” es la palabra en japonés para el número ocho, que es un símbolo para el infinito en aquella nación y el nombre del perro nipón de la raza akita, cuya historia inspiró la cinta Hachi: A Dog's Tale de Lasse Hallström. Tras la muerte de su amo, Hachi permaneció durante 9 años esperando en la estación donde su dueño tomaba el tren todas las mañana para ir a su trabajo. En la versión fílmica, un pequeño cachorro akita es enviado por su criador japonés a Estados Unidos. Durante el traslado del perro, la jaula cae del vehículo en el que es transportada y va a parar a una estación de tren donde un profesor de universidad llamado Parker Wilson (Richard Gere) lo encuentra perdido. La casualidad reúne a Wilson y al perro, quienes establecen un inmortal vínculo de amistad. Cuando, como en la historia real detrás de la cinta, el profesor Parker sufre un ataque cardíaco y muere, su perro acude a esperarlo a la estación de tren adonde lo acompañaba durante años. La historia real de Hachi y su amo es tan conmovedora que incluso se erigió una estatua de bronce en honor al perro fiel, situada justo en la estación de Shibuya, donde el perro demostró que algunas amistades son infinitas.  
JAR (@franzkie_)
Arthur 
Beginners, Dir. Mike Mills, Estados Unidos, 2010 
Rodeado por un elenco de primera línea que incluye a Ewan McGregorChristopher Plummer y Mélanie LaurentCosmo, un bicolor y petite Jack Russell Terrier rescatado de un refugio, se convirtió en uno de los perros más famosos de Hollywood gracias a Beginners de Mike Mills. Cosmo interpreta a Arthur, un perro que comienza a vivir con el personaje de McGregor (Oliver Fields) después de que su padre (Plummer) fallece. El encantador, a momentos hilarante, e incluso lacrimógeno relato de Mills sobre el amor y sus diferentes mutaciones en el tiempo y en las personas, es salpimentado con un elemento sorpresa: Arthur, quien “conversa” con su amo sobre sus relaciones de amor por medio de subtítulos en color blanco en los que con perspicacia y humor, por ejemplo, opina: “Espero que dure”, al charlar sobre su relación con una inestable actriz francesa. El pequeño perro es un sabio y empático consejero y compañero para Oliver, siempre dispuesto a decir mucho de la vida sin siquiera musitar una sílaba.
JAR (@franzkie_)
Uggie 
The Artist, Dir. Michel Hazanavicius, Francia, 2011 
En cada una de las escenas que aparecía George Valentin (Jean Dujardin) en compañía de su perro, llamado Uggie, en El artista, el Jack Russell terrier se ganaba la admiración y cariño del público con movimientos tan sencillos como menear la cola, hasta acciones heroicas como salvar a su dueño de las ardientes llamas de su casa. Uggie obtuvo el extravagante premio Palma de Perro (Palm Dog) en Cannes 2011 y participó en varias alfombras rojas durante ese año. A pesar de su fama, Uggie proviene de un origen humilde; sus primeros dueños lo enviaron a la perrera al considerarlo muy salvaje, pero Omar Von Muller, un entrenador canino, decidió adoptarlo.
Sparky 
Frankenweenie, Dir. Tim Burton, Estados Unidos, 2012 
Sparky es un Bull Terrier juguetón, poco cuidadoso, tosco y fiel amigo de Victor Frankenstein, un niño de diez años, listo y aplicado, con aspiraciones científicas, que también quiere dedicarse al cine (no sería la primera vez que Burton se proyecta en una película). Pareciera que la única misión de Sparky es acompañar a su dueño hasta el fin de los tiempos, como si su labor en la vida fuera garantizar la felicidad de su amo. Cuando un accidente de coche termina con la vida del perro, el animal se vuelve la causa de que el niño utilice su incipiente conocimiento científico para regresarlo de la muerte con la mítica tecnología eléctrica –oh siglo XIX que favoreces a los canes en desgracia–, al estilo Frankenstein.
*Frankenweenie es la versión extendida del segundo cortometraje homónimo de Burton.
Princesa 
Workers, Dir. Jose Luis Valle, México, 2013. 
Muchos humanos desearían tener el trato que recibe Princesa, una hermosa galgo, “hija” de una anciana gringa que vive en Tijuana, en una casona a orillas de la playa y que es atendida por dos sirvientas que le procuran una rutina de linaje azul: come la mejor carne importada, sus paseos son en Mercedes y solo por zonas bonitas (pues “ella no tiene la culpa de vivir en Tijuana”), no escucha música estruendosa, toma baños en tina a la temperatura perfecta, y duerme en una amplia y cómoda habitación para ella sola. Huelga decir que ninguna de las mujeres que la atienden tienen ni cerca las comodidades de la perra. Aún así, le guardan amor, respeto y lealtad. El tema de clases que aborda Workers es enfatizado llevándolo a tal grado al absurdo que resulta cómico: Princesa hereda toda la fortuna de su dueña con una condicionante (se nota que a la viejecilla le interesaba poco la naturaleza humana): si la galgo llegara a morir por causas naturales, entonces el dinero pasaría a manos de los empleados de la casa.SOR (@SofOchoa)


+1) Hagen
White God, Dir. Kornel Mundruczo, Hungría/Alemania/Suiza, 2014-11-13
Hagen, un perro beige robusto, educado y amoroso, de raza cruzada, es el antihéroe canino de White Dog. Fiel acompañante de su ama Lili, una adolescente de 13 años, trompetista y de padres divorciados, con una ternura nata, demostrará lo fácil que es corromper la bondad animal. Cuando el devoto can es separado de Lili, abandonado por el padre de ella en una avenida, el animal comienza un periplo por Budapest con el único objetivo de encontrar a Lili. La nobleza del perrito, fruto del trato amable de su dueña, lo lleva a confiar en las personas, equivocadas quienes poco a poco lo convierten en un paria. En adelante, para Hagen los humanos se erigen como una amenaza. El progreso gradual de Hagen de perro doméstico a un animal salvaje lo llevan a encabezar, literalmente, una revolución canina.
*Premio The Palm Dog Award del Festival de Cannes 2014.
* Premio Un certain regard del Festival de Cannes 2014.

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