El año pasado en el Festival Internacional de Cine de San Sebastián, Pelo malo ganó la Concha de Oro, quizá el premio más importante para una película venezolana desde 1985, cuando Oriana ganó la Cámara de Oro en el Festival Internacional de Cine de Cannes. La alegría de la autora del filme, Mariana Rondón, artista plástica, directora y productora, se vio opacada por la reacción que tuvo su país a las declaraciones que rindió al recibir el premio y, posteriormente, en una entrevista. Entonces dijo que la película, que aborda la escisión entre una madre y su hijo de 9 años, a partir de la precariedad en la que viven y la posible homosexualidad de él, era una reacción a la polarización que se vive en su país. El filme expone una violencia silenciosa, colada en la vida diaria a través de la intolerancia y de una estructura que no permite crecer. Y el gobierno de Venezuela reaccionó con intolerancia y violencia contra la realizadora.
Mariana Rondón es pues una creadora talentosa, sensible y valiente. Dispuesta a jugársela por expresar la verdad en su trabajo. Durante su visita a México por el estreno de Pelo malo la entrevistamos en avenida Reforma. Habló sobre su la película, la esperanza, la forma en la que desarrolló a los personajes, sobre lo que la belleza es para ella.
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