30.1.15

La fórmula del Nuevo Cine Venezolano



Con el estreno de Cuando quiero llorar no lloro, el 11 de abril de 1973, comenzó el Nuevo Cine Venezolano, expresión que es conveniente utilizar para distinguir el cine nacional que se hizo desde ese año hasta 1979 del que se hizo a partir de 1981, cuando fue creado Fondo de Fomento Cinematográfico. La película de Mauricio Walerstein llegó al segundo lugar de recaudación. Por eso se ha dicho también que su estreno inició un “boom” del cine nacional.
En 1974 vendría La quema de Judas de Román Chalbaud, que llegó al cuarto lugar de ingresos por taquilla. Al año siguiente fueron Crónica de un subversivo latinoamericanode Walerstein, Sagrado y obsceno de Chalbaud y los primeros créditos otorgados por el Estado para la realización de películas.
laquemadejudasLa quema de Judas
Llegaron a seis los estrenos nacionales en 1976, entre ellos Soy un delincuente de Clemente de la Cerda, Canción mansa para un pueblo bravo de Giancarlo Carrer yCompañero Augusto de Enver Cordido. En 1977 se estrenó la mejor película del Nuevo Cine Venezolano, El pez que fuma de Román Chalbaud, y hubo un salto a 11 filmes nacionales. Fueron 14 estrenos en 1978 y 11 en 1979.
Una razón a la que se atribuye el éxito de Cuando quiero llorar no lloro, y las películas que le siguieron, es que el público podía reconocer como venezolanos los personajes, las situaciones y el lenguaje, y ver Caracas y otros lugares del país en la pantalla. La adaptación de una obra conocida de la literatura nacional es otro recurso característico del cine que busca historias de éxito comprobado. Además, se realizó una campaña de promoción como no se hacían en el país.
Luego hubo una coincidencia que propició el crecimiento del cine nacional: entre 1973 y 1974 los precios del petróleo pasaron de 3 a 12 dólares por barril como consecuencia del conflicto en el Medio Oriente. Los recursos extraordinarios con los que contó el Estado dieron hasta para financiar la producción de películas. La gente también tuvo dinero para ir al cine: entre 1976 y 1979 la población en estado de pobreza en Venezuela no pasó de 14,36% en ningún semestre, ni la pobreza extrema de 4,81%, según José Ignacio Silva y Reinier Schliesser.
También hay que considerar un factor político: la consolidación del bipartidismo AD-Copei. Entre 1973 y 1988 ningún candidato de otra organización logró sacar más de 5,18% de los votos en los comicios presidenciales. La ausencia de contendores que pusieran en riesgo el sistema de dos partidos pudo haber propiciado la apertura cultural que llevó a otorgar los recursos para hacer cine a realizadores que, en general, expresaron opiniones disidentes de izquierda.
El  pez que fuma 3El pez que fuma
Pero si el cine venezolano logró triunfar fue también por las características que permiten llamarlo “nuevo cine”. Una referencia lejana es el Nuevo Cine Latinoamericano de los años sesenta. Más cercana, las películas hechas en la región en aquella época en las que se intentó conjugar mensaje político, calidad artística y atractivo comercial, como La Patagonia rebelde (1974) de Héctor Olivera, de Argentina;Canoa (1976) de Felipe Cazals, de México. Una fórmula parecida, salvando las distancias, era la de Cuando quiero llorar no lloro.
Hijo de Gregorio Walerstein, uno de los productores más importantes del cine mexicano, Mauricio Walerstein tuvo olfato para las oportunidades que ofrecía la Venezuela petrolera y democrática, e hizo que en Cuando quiero llorar no llorocristalizara el modelo de un cine comercial, pero también cultural y de autor, y que en ese momento era una alternativa para la expresión de ideas y maneras de entender la realidad que eran consideradas de izquierda, aunque generalmente sin ir más allá de representar la rebeldía como una manifestación contracultural.
Para llevar espectadores a las salas, un cine como ese tenía que plantearse la competencia con Hollywood y la televisión. Era el reto que afrontaban los nuevos cines en todo el mundo. En el primer caso, las características que propiciaban la identificación del público nacional con la película eran también un factor de diferenciación del cine extranjero. Pero para poder competir había que tener también un producto de características industriales, aunque no existiera una industria del cine en Venezuela.
Había que encontrar, además, un lugar en el mercado de exhibición para el Nuevo Cine Venezolano, y ese lugar existía en la cartelera nacional. A comienzos de la década de los años setenta eran taquilleras películas dirigidas a gente que iba al cine en busca de un entretenimiento cultural de lenguaje accesible, y que le ofrecieran temas políticos y sociales que estimularan a reflexionar y a debatir. También eran populares los filmes con los que se identificaban los simpatizantes de las expresiones contraculturales de rebeldía.
En 1970 Z de Costa-Gavras, filme emblemático del cine político espectacular europeo, llegó al tercer lugar de recaudación en Caracas, y al año siguiente Las fresas de la amargura (The Strawberry Statement), una película sobre el movimiento estudiantil estadounidense, fue la quinta. En 1972 las primeras en recaudación fueron El padrino(The Godfather) y Contacto en Francia (The French Connection), dos filmes de autor del Nuevo Hollywood, en los que se combinan la calidad artística, la accesibilidad y el entretenimiento.
Cuando quiero llorar no lloro, salvando otra vez las distancias, se presentaba ante el público como una película comercial autoral, tal como las de Francis Ford Coppola y William Friedkin. Uno de sus tres personajes, Victorino Pérez, era un estudiante que se incorporaba a la guerrilla en los años sesenta, por lo que era cercano a los jóvenes del filme de Stuart Hagmann, y, al igual que esas tres películas, era básicamente un producto de entretenimiento. También buscaba por otra vía al público interesado en la cultura: estaba basada en la novela homónima de Miguel Otero Silva, obra de un escritor e intelectual de ideas de izquierda.
Prueba de la capacidad del Nuevo Cine Venezolano de competir con Hollywood es que de 1976 a 1980 la recaudación de los filmes nacionales fue en promedio de 239.000 dólares frente a 105.000 dólares de las películas extranjeras.
cancionmansaCanción mansa para un pueblo bravo
Por lo que a la televisión respecta, en ese momento estaba en un acelerado proceso de penetración, que la llevaría de 47% de los hogares en 1970 a 79% en 1979. Pero su oferta era restringida: tres canales privados, cuya programación tenía como principal oferta en ese momento telenovelas de más de 200 capítulos, realizadas principalmente en interiores y basadas en libretos clásicos de la radiodifusión cubana. La situación comenzaría a cambiar, con las adaptaciones literarias que se estrenaron de 1974 en adelante, y sobre todo con la “telenovela cultural” que empezó a hacerse en 1977, como respuesta a una serie de medidas del Gobierno. Hasta 1979, además, la televisión venezolana fue en blanco y negro.
Allí había una oportunidad de competir que podía aprovecharse, en primer lugar, con el uso del color y el formato panorámico. Mostrando la ciudad y el país, rodando en exteriores, también. Formas de tratar la violencia como la acuñada por Sam Peckinpah, y en especial la presentación de desnudos, y escenas sexuales o comportamientos considerados inmorales, como el consumo de droga, eran otras razones para que el público adulto saliera de su casa al cine, en vez de ver televisión. El último tango en París (Ultimo tango a Parigi), de Bernardo Bertolucci, y Emmanuelle, por ejemplo, estuvieron entre las películas taquilleras de 1974 y 1975, respectivamente.
Los desnudos y la droga están presentes en Cuando quiero llorar no lloro, y hay un tiroteo en cámara lenta y con chorros de sangre al estilo Peckinpah, junto con algunas ventajas competitivas que podía tener la televisión nacional frente al cine extranjero: la película estaba hablada en español, sin subtítulos que resulta engorroso leer. Era cine en el cine, pero como los filmes doblados de la televisión. La narración sencilla era comprensible para el público de la TV y contaba con actores nacionales conocidos para los espectadores de ese medio.
Pero, sobre todo, el tipo de cine nacional que estableció la película de Mauricio Walerstein era una alternativa para poder ver y escuchar cosas sobre la realidad nacional y la política que no tenían cabida en los medios, o se las presentaba de otra manera, sin dejar por ello de aprovecharse de los clichés del periodismo sensacionalista. Los terroristas de la propaganda oficial eran los protagonistas de una insurrección por la vía de las armas cuyo fracaso era examinado en los filmes, por ejemplo. El hampón “antisocial” de la prensa era un ser humano surgido de la marginalidad, y que en Soy un delincuente era capaz de expresar claramente las razones por las que su vida criminal era una forma de rebeldía.
Soy_Un_Delincuente_movie_poster
Los filmes de temática socio-marginal y político-guerrillera realizados entre 1975 y 1979 fueron 37,5% del total, y los basados en obras literarias venezolanas 30%. Eso da una idea de la impronta de Cuando quiero llorar no lloro en el cine de esos años, puesto que la película de Mauricio Walerstein es un modelo que incluye todo eso. La descalificación del cine venezolano por sus historias de “malandros”, putas y guerrilleros tiene un fundamento real, que es ese. Pero hay que entender que esas características obedecían también a la necesidad del Nuevo Cine Venezolano de abrirse paso en el mercado.
Por eso el cine que se comenzó a hacerse a partir de la creación de Foncine, en 1981, tiene una serie de características que lo diferencian del Nuevo Cine Venezolano de 1973-1979. Ese será el tema de un próximo artículo.

Cine venezolano: los años de Foncine



La época de mayor esplendor del cine venezolano, hasta la actualidad, es la de los años del Fondo de Fomento Cinematográfico. Foncine fue una asociación del Estado, el sector privado y los gremios creada en 1981, a través de la cual los exhibidores acordaron hacer una contribución de 6,66% de lo recaudado por taquilla para el financiamiento de la producción de películas y otras actividades relacionadas con el desarrollo del cine. Se trataba de un pago establecido en contratos que los empresarios suscribían voluntariamente, pero era exigido por el Gobierno para autorizar aumentos del precio de las entradas, que estaba controlado, y para la apertura de salas. También el Estado aportaba al fondo.
Los aportes de Foncine a las películas comprendían créditos y subsidios. Entre los segundos se destacaban los incentivos a la calidad. Los filmes considerados de alto valor artístico y cultural podían recibir una subvención de hasta 100% de la diferencia entre el costo y los ingresos. El subsidio podía llegar a 70% del déficit, en el caso de otros filmes de similares características, y a 40%, respectivamente, para las películas consideradas de valor como entretenimiento. Pero también se estableció un incentivo adicional, asignado sobre la base de los ingresos obtenidos por taquilla. De esa manera, las películas que mayor cantidad de dinero recaudaban recibían todavía más, por la vía del subsidio del fondo.
oriana 3_maxsOriana
El Ejecutivo promulgó, además, unas normas de comercialización que fijaban la cuota de distribución y exhibición del cine nacional. También las condiciones para su estreno y permanencia en cartelera, y la manera como debían ser repartidos los ingresos entre el exhibidor, el distribuidor y el productor. Esas normas y Foncine dotaron al cine venezolano de las bases institucionales mínimas para tener una producción continua, y para lograr su exhibición en condiciones de justicia, según Jacobo Penzo. Entre 1984 y 1988 hubo de 11 a 16 estrenos venezolanos cada año, y el cambio que ocurrió fue también cualitativo.
Si el Nuevo Cine Venezolano podía sobrevivir si era competitivo y ganaba el apoyo de los funcionarios que daban los créditos del Gobierno, con Foncine se trataba de convencer de la calidad de las películas a las comisiones que otorgaban los créditos y las subvenciones que protegían a los realizadores de las pérdidas. Eso produjo filmes como Oriana, una coproducción con Francia por la que Fina Torres ganó la Cámara de Oro en Cannes de 1985, y para las secciones paralelas del mismo festival fueron escogidas Caballo salvaje de Joaquín Cortés en 1983 y La casa de agua de Jacobo Penzo en 1984, además de varias películas del movimiento de realizadores de Super 8, las cuales merecen una nota aparte.
macu
De los tiempos de Foncine fueron también La boda (1982) de Thaelman Urgelles, que ganó el Segundo Premio Coral en La Habana y estuvo en Locarno; Pequeña revancha(1985) de Olegario Barrera, Premio Especial del Jurado en La Habana, y Jericó (1991) de Luis Alberto Lamata, Gran Premio Coral en el mismo festival, entre otros filmes destacados. En 1987 fueron presentadas siete películas venezolanas en el Forum del Festival de Berlín. El cine nacional nunca había tenido ni ha vuelto a tener una presencia similar en festivales como esos.
La respuesta del público al cine venezolano de los años de Foncine se tradujo en récords de asistencia que se mantuvieron hasta 2014: el de más entradas vendidas para una película venezolana, establecido por Homicidio culposo (1984) de César Bolívar con 1.335.337, y el de más boletos para ver cine venezolano en un año: 4.119.393 en 1986. El año anterior hubo 6 películas venezolanas entre las 10 más taquilleras en el Área Metropolitana de Caracas.
lacsadeaguaLa casa de agua
Pero Foncine, tal como fue concebido originalmente, duró poco. Alfredo Roffé atribuye los primeros cambios al triunfo de los cineastas de una “corriente industrialista” sobre la tendencia “culturalista”. Se dieron además en el período presidencial de Jaime Lusinchi, de Acción Democrática, después del fin del gobierno de Luis Herrera Campins, de Copei, cuya administración creó el fondo.
En 1986 una reforma de estatutos eliminó de facto los incentivos a la calidad mientras que conservó los que se otorgaban a los filmes más taquilleros. Eso permitió que películas que recaudaban más de 6 millones de bolívares recibieran del Estado más de 3 millones de bolívares, según Roffé. Además, las decisiones tomadas por las comisiones pasaron a ser simples recomendaciones al directorio.
También la crisis económica, que llevó a la devaluación del bolívar y el establecimiento del control de cambios en 1983, afectó al cine nacional. El costo promedio de las películas subió de 1,6 millones de bolívares en 1982 a 2,5 millones de bolívares al año siguiente, por la inflación; llegó a 5 millones de bolívares en 1986 y siguió ascendiendo hasta 7,5 millones de bolívares en 1988, según Roffé. Los créditos, en cambio, aumentaron en promedio de 1 millón a 2 millones de bolívares, por lo que pasaron a cubrir de 62,5% a 26,7% del costo.
Otra crisis que acabó por hacer inoperativo al fondo fue la que creó la liberación del precio de las entradas, como parte de las políticas económicas del segundo gobierno de Carlos Andrés Pérez, que llegó al poder en 1989. La medida significó el fin de los aportes de los exhibidores a Foncine, puesto que la autorización de los aumentos era la medida de presión para hacerles pagar. Fue especialmente grave en ese momento porque el fondo había llegado a depender en 77% del dinero aportado por el sector privado en 1988, de acuerdo con Roffé.
De nada sirvieron las gestiones que hizo Foncine para cobrar lo que le adeudaban los exhibidores por los contratos suscritos, acudiendo incluso a los tribunales. En 1990 hubo un regreso a la situación que existía antes: Corpoindustria volvió a otorgar créditos para hacer películas, como por primera vez lo hizo en 1975. A partir del año siguiente los recursos del fondo vinieron del presupuesto nacional.
El desenlace de la crisis fue la aprobación en 1993 de la Ley de Cine, en la que se descartó el establecimiento de un impuesto a la exhibición que dotara al CNAC de recursos para financiar las películas, tal como existe en la ley actual. La disponibilidad de fondos pasó a depender de los ingresos del Estado y de la voluntad política del Congreso, como ocurre con todas las partidas del presupuesto y con los créditos adicionales. Pero eso será tema de otro artículo

20 años sin David Suárez



A 20 años de su muerte, David Suárez (Puerto La Cruz, 3 de agosto de 1955-Caracas, 1° de Agosto de 1995) sigue siendo el más prolífico guionista del cine venezolano, con nueve películas de las más recordadas y premiadas.
Fue director de programación de la Cinemateca Nacional, profesor de cine y semiótica en prestigiosas instituciones educativas del país. Fue sociólogo, abogado y crítico de cine.
david suarez
Su trabajo como guionista nos dejó De mujer a mujer de Mauricio Walerstein (1986), La oveja negra de Román Chalbaud (1987), Con el corazón en la mano de Mauricio Walerstein (1988), Cuchillos de fuego de Román Chalbaud (1990), Disparen a matar de Carlos Azpúrua (1991), Móvil pasional de Mauricio Walerstein (1994), Sicario de José Novoa (1994), Pandemónium de Román Chalbaud (1997) y Antes de morir de Pablo de la Barra (1999).
Ganó numerosos premios nacionales e internacionales, entre ellos el de mejor guión del Festival de Cine de La Habana por la película Sicario, el cual rechazó por razones ideológicas; el premio al mejor guión por Disparen a matar en el festival de Gramado, y el premio Imafic por el guion de Cuchillos de fuego, entre otros.
Sobre su trabajo Rodolfo Izaguirre diría: “David Suárez es importante para el cine nacional ya que es el primer guionista de cine que nace en el cine… hasta el momento todos los guionistas venían del teatro o de la literatura… y David es el primero que piensa no con ideas sino que piensa con imágenes”.
El carácter de David Suárez se reflejaba en la pantalla: fuerte, violento, apasionado, extrovertido y profundamente humano. Dueño de una sensibilidad gigantesca, su cine estaba del lado de los pequeños seres, los marginados, los excluidos, las prostitutas, los malandros, los perdedores.
Sus historias son la poética de la pobreza y la miseria. David decía: “Por ese tipo de pasión que sientes los marginales los problemas se resuelven si es precioso con el crimen y no en el sillón de un psiquiatra, a la manera burguesa”.
Los personajes escritos por David Suárez son sujetos que viven al margen de la ley o desafiándola. Tienen sus propias reglas éticas, siempre enfrentadas a la moral burguesa. Actúan movidos por las grandes pasiones, reaccionan de forma violenta ante la marginación social. Son personajes valientes, desafiantes y avasallantes. Un ejemplo de ello: cuando en Móvil pasional el policía (Orlando Urdaneta) le dice a su compañero: “¿Tu amas a tu mujer?, ¿has tenido ganas de matarla? … si no has tenido ganas de matarla, es que no la amas”.
Otro de los rasgos de los guiones de David Suárez es su profundo conocimiento de la forma de vida del barrio pobre caraqueño y de la pobreza en Venezuela. Escribiendo sobre esos ambientes se sentía un pez en el agua ya que, por la condición socioeconómica de su familia, desde niño vivió en lugares pobres y era un hijo de la clase trabajadora. Conocía bien el barrio, la pobreza, sabía lo que es, lo que se siente, y lo plasmó con potencia y rabia en pantalla.














David Suárez escribió muchas veces sobre el difícil oficio de ser guionista en Venezuela, al punto de que en las planillas burocráticas, cuando se requería colocará su profesión, colocaba: trapecista. Esto por lo complejo del oficio y porque, según él, el guionista tiene en común con el de trapecista que “te elevas a las alturas, desafiando todas las reglas de la prudencia y los prejuicios sociales”. Sobre ser guionista, expresaría: “Un guionistas de cine es un escritor bastardo”.

El talento de David Suárez aportó algunos de los mejores personajes del cine nacional. Los más recordados son La Nigua (Eva Blanco) de La oveja negra; Mercedes (Amalia Pérez Díaz) y el policía metropolitano (Daniel Alvarado) de Disparen a matar; Jairo (Laureano Olivares) de Sicario, y el asesino de Cuchillos de fuego (Javier Zapata).
También escribió escenas memorables y momentos inolvidables: Evelio cruzando en una moto en caballito a toda velocidad los túneles de La Planicie (La oveja negra); la perra bañándose bajo un grifo en plena calle, en medio de una fiesta colectiva, cuando llega el agua al barrio (Pandemónium); de noche, en un descampado de un barrio, Jairo mira a Caracas, se pone de pie y descarga con furia su 9 mm apuntando hacia ella: “Yo a esta ciudad lo que le tengo es rabia” (Sicario).
Sus películas son parte de nuestra cultura, el reflejo de nuestro país, donde la vida se hace arte y el arte se escribe fotograma a fotograma

29.1.15

Conversatorio con Alejandro Bellame y Miguel Ferrari



Los cineastas venezolanos Alejandro Bellame y Miguel Ferrari visitaron la Escuela Nacional de Cine para participar en un conversatorio con los estudiantes, moderado por Marlin Rueda, coordinadora académica de la ENC.
Ferrari es el director de la película que ganó el Premio Goya al mejor filme iberoamericano en 2014: Azul y no tan rosa. Ha dirigido también el cortometraje Todo lo que sube (2008), y tiene una trayectoria como actor de televisión, teatro y cine, en la que se destaca su papel de reparto en El tinte de la fama (2008) de Alejandro Bellame, por el que fue premiado en el Festival del Cine Venezolano de Mérida.
Bellame es el director de El rumor de las piedras (2012), ganador de los premios a la mejor película internacional y al mejor director en el Festival de Cine Latino de Nueva York, y del premio a la mejor película, entre otros galardones, en el Festival de Mérida. Ha dirigido, además, El tinte de la fama, y el corto Fosa común (2001).
El conversatorio fue grabado por estudiantes de la Escuela Nacional de Cine.


Cine itinerante llega este lunes a Delta Amacuro


Desde este lunes, comunidades de los municipios Tucupita, Pedernales y Casacoima del estado Delta Amacuro, podrán disfrutar de la proyección de diversas películas en sus propias localidades. 
El coordinador de la Plataforma de Cine y Medios Audiovisuales del Ministerio para la Cultura, Eduardo Patriz, informó que la idea es llevar entretenimiento a través del cine itinerante.
La programación se iniciará este lunes en las instalaciones del Instituto de Cultura, donde se presentará el video Ka Sitaba Eku, a las 10:00 de la mañana, de acuerdo con una nota de prensa del Ministerio para la Cultura.
Para el martes 27 de enero, a las 5:30 de la tarde, está prevista la proyección de la película venezolana El Rumor de las Piedras, en la Galería de Artes, ubicada en la avenida Arismendi.
Papita, Maní, Tostón se proyectará el miércoles 28 de enero, a las 5:30 de la tarde, en la comunidad del Conjunto Residencial Complejo Rodó.
A la misma hora del miércoles 28 de enero, se presentará El Manzano Azul en la Plaza de Pedernales del municipio Pedernales, mientras que en El Triunfo, localidad de Casacoima, se proyectará la muestra del Festival de Cine y Video en Secuencia una Consecuencia.
El jueves 29 de enero, se verá la película La Casa del Fin de los Tiempos, en la Universidad Territorial Deltaica Francisco Tamayo, desde las 5:00 de la tarde.
Asimismo, el viernes 30 de enero a las 5:30 de la tarde, en la Entidad de Varones se proyectará Hermano.
La jornada de cine itinerante cerrará el sábado 31 de enero a las 5:30 de la tarde, con la muestra del Festival de Cine y Video en Secuencia una Consecuencia en el Teatro Oriwakanoko.
La autoridad única de Cultura en Delta Amacuro, Berenice Del Moral, indicó que con este tipo de acciones se promueven los valores en familia. 
"Compartiendo con los vecinos y entreteniendo a los niños, niñas y adolescentes con cultura. De esta manera, se recuperan espacios y se promove la integración comunidad-Ministerio del Poder Popular para la Cultura ", dijo

68 mil espectadores disfrutaron del cine nacional durante la primera semana de 2015



 Durante la primera semana de este año, el cine venezolano fue visto por 68.970 espectadores, lo que representa casi 10 mil asistentes por día; precisó el presidente del Centro Nacional Autónomo de Cinematografía (Cnac), Juan Carlos Lossada, en su cuenta Twitter, @Lossadacnac.
El año pasado, el cine nacional alcanzó nuevo récord de audiencia en 117 años de historia, al convocar 4.503.283 espectadores, cifra que superó los cuatro millones 119.393 del año 1986.
Este nuevo récord posicionó a Venezuela como el país de América Latina que más consume cine nacional, con 16,44% de la cuota de mercado, y sobrepasó a industrias tradicionalmente líderes en la región como Brasil, Argentina y México.
En 2014, se estrenaron 25 filmes criollos y se alcanzaron 82 premios internacionales. Para este año se tiene previstos 53 estrenos de producción nacional, según precisó Lossada en la red social el pasado mes de diciembre

28.1.15

Filme "Mujer conejo" se exhibe en salas de Maracaibo y Margarita a partir de este viernes

Película continúa en exhibición en la cadena Cines Unidos del Centro Comercial Líder, en Caracas / Ha sido exhibida en muestras a nivel internacional

mujer.jpg

Tras alcanzar su exitosa sexta semana de exhibición en Caracas, a partir de este viernes, la película Mujer conejo, coproducción entre Argentina, España y Venezuela, estará en las carteleras de Cines Unidos Sambil Maracaibo, estado Zulia; y Parque Costa Azul de Porlamar, estado Nueva Esparta.
Mujer conejo, dirigida por la cineasta Verónica Chen y financiada por el Centro Nacional Autónomo de Cinematografía (Cnac), plantea la historia de una mujer que labora como inspectora municipal en Buenos Aires y que de forma repentina se ve acosada ante la presencia de conejos carnívoros mutantes. El film mezcla la acción real con dibujos animados en una historia que bordea lo fantástico.
Desde su estreno en 2013, la película ha sido exhibida en muestras a nivel internacional, entre ellos el Festival Internacional de Cine de San Sebastián y en el festival de Mar de Plata, en Argentina, reseñó un boletín de prensa.
El filme continúa en exhibición en la cadena Cines Unidos del Centro Comercial Líder, en Caracas

Cine venezolano de nuevo presente en Berlín: Estreno de “Dauna, o que lleva el río”

“Dauna, Lo que lleva el río” es un largometraje ficción en el que su personaje protagónico se enfrenta a las convenciones de una cultura milenaria / Está rodada casi en su totalidad en warao con subtítulos en español

daunatwitter.jpg


La película venezolana “Dauna, Lo que lleva el río” de Mario Crespo tendrá su estreno mundial en el 65° Festival Internacional de Cine de Berlín, tras ser seleccionada oficialmente en el programa NATIVe,  sección especial que este año sólo acoge a las mejores películas sobre el tema indígena realizadas en Latinoamérica entre 1986 y 2014.
“Dauna, Lo que lleva el río” es un largometraje ficción, en el que su personaje protagónico se enfrenta a las convenciones de una cultura milenaria. Dauna, arrastra consigo la marca de ser diferente y con ella, un dilema: escoger entre amar a Tarcisio, con todas las responsabilidades que eso implica para una mujer warao o por el contrario, seguir su vocación, aún a riesgo de pagar las consecuencias. Al fin, Dauna toma la decisión que la reconciliará con todo lo que ha amado para aflorar como leyenda en la memoria y el canto de sus raíces.
Si bien la historia sirve como vehículo para hablar al espectador sobre la necesidad de entender la interculturalidad, su realizador Mario Crespo nos explica que su película también toca el tema de la mujer y a su entender “sea indígena o esté donde esté, la mujer tiene tanto derecho como el hombre a crecer y destacarse".
La película se estrenará en Venezuela en marzo, mes internacional de la mujer. El rodaje se llevó a efecto en locaciones naturales en el Delta del Orinoco y su protagonista así como también la mayoría de sus participantes son de la etnia warao.
La sección NATIVe, en el que está seleccionada el filme, abrirá su programación con el documental Eco de la Montaña (Eco de la Montaña, 2014) del director y director de fotografía mexicano Nicolás Echevarría en el CineStar IMAX ®, el próximo 6 de febrero de 2015.
La película está rodada prácticamente en su totalidad en lengua warao con subtítulos en español y es una producción de Yakarí a.c junto a Alfarería Cinematográfica, con el apoyo del Centro Nacional de Cinematografía, el programa IBERMEDIA y la gobernación del estado Delta Amacuro. Distribuye: Cines Unidos

Bolívar celebrará los 118 años del séptimo arte venezolano



El séptimo arte ha evolucionado en todo el territorio nacional. Hace algunos años solo se enfocaba en las grandes ciudades como Caracas, Maracaibo y Mérida, sin embargo, el estado Bolívar demostró que existe talento de sobra, para que sus trabajos lleguen a la gran pantalla.
Es por ello que para celebrar los 118 años del cine venezolano, cuya fecha es el 28 de enero, proyectarán gran parte de los cortometrajes que han realizado y dirigido personalidades de la zona, así como las películas nacionales que tuvieron gran impacto en Venezuela.
Con respecto a esto, el vocero de Divulgación, Distribución y Organización, José Gregorio Maita, informó que el itinerario de actividades comenzará este lunes 26 a las seis de la tarde en el Centro Cívico de Puerto Ordaz, donde proyectarán el corto regional “El día que papá me dejó”, seguido del film “Araya”.
Cabe destacar, que la producción de Guayana fue dirigida por el productor y vocero de Creación y Producción, Juan Vicente Núñez, con guión de la joven Yuleidis Hernández, quien ganó un taller de guión realizado por el equipo de la red, cuyo premio principal era la ejecución de un corto.

Continúa el cronograma

La planificación que realizaron los voceros de la Red Estadal Popular del Cine y Audiovisual Bolívar para festejar tan importante fecha nacional, fue hecha en conjunto con otros movimientos culturales como Chamán Urbano, Cine de Guayana, Kampai, Sala de Arte Sidor y CVG Ferrominera.
En ese sentido, Maita comunicó que continuará el cronograma en el Centro Cívico el martes 27 con “La ciudad de las fuentes secas” de José Gregorio Maita y “El pez que fuma”. Es importante aclarar, que en cada proyección mostrarán primero un corto regional y luego una producción venezolana.
En el día oficial, 28 de enero, llevarán a cabo un foro en la Sala de Arte Sidor a las nueve de la mañana. Los ponentes e instructores informarán el trabajo de la red y sus resultados. De allí mostrarán, en el Centro Cívico, “Mírame” y “Macuro”. El jueves culminan las proyecciones en dicho sitio, con “La Llave” y “Postales de Leningrado”.

Más celebración

La Sala de Arte Sidor, considerada un “templo para los cultores”, también servirá de espacio para los audiovisuales de la región y el país. El lunes 26 mostrarán tres cortos de Guayana, como “La Llave”, “El mejor cacao del mundo” y “La musa de El Callao”.
Al siguiente día, los amantes del séptimo arte verán “Bolívar el hombre de las dificultades” y el miércoles tendrán el foro a las nueve de la mañana, luego un conversatorio del cine venezolano a las cuatro de la tarde, así como la proyección de algunos cortos.
Las actividades culminarán el viernes en la Plaza de Villa Alianza, donde colocarán el audiovisual de César Odremán, “Lo de Winston”, a las seis de la tarde.

Irán a los colegios

El vocero de Formación e Investigación, guionista Ramiro Mendoza, informó que también irán hasta las escuelas. El lunes 26 visitarán la escuela Juan Vicente Cardozo de Manoa: “proyectaremos cortos infantiles”, acotó Mendoza.
Luego se trasladarán hasta la Universidad Bicentenaria de Aragua (UBA), para realizar un foro con los estudiantes. Por otro lado, el director del movimiento cultural Chaman Urbano, quien además es vocero de Organización, Comunicación y Contraloría, José Zamora, notificó que el 29 de enero dictarán una charla sobre la importancia del cine local en el Liceo de Unare III.
A su vez, especificó que estarán en Librerías Del Sur, Museo Jesús Soto, Colegio Las Américas, Escuela Virgen Niña, entre otras. Es de mencionar que el 31 habrá un encuentro regional de cultores de cine de Bolívar, cuya facilitadora será Yasmín Salcedo.

Presente en las comunidades

Además de mostrar las producciones regionales y nacionales en espacios culturales e instituciones educativas, los voceros de la Red de Cine en conjunto con otros movimientos, ofrecerán actividades en las comunidades Villa Bahía, Colinas de Unare, Brisas del Caroní, Plaza del Hierro y Plaza de la Navidad

27.1.15

En el Zulia celebrarán aniversario del cine nacional con diversas actividades

Con una programación enriquecida con la proyección de 11 películas, dos talleres de formación y un festival de cortometraje, el Zulia celebra desde el próximo lunes 19 y hasta el miércoles 28 de enero, los 118 años del cine nacional.
La actividad es organizada por el departamento audiovisual de la Dirección de Cultura de la Universidad del Zulia (LUZ), en conjunto con el Centro Nacional Autónomo de Cinematografía(CNAC), el Teatro Baralt, el Centro de Arte de Maracaibo Lía Bermúdez (Cam-LB), el Centro de Bellas Artes, el Museo de Arte Contemporáneo del Zulia, la Facultad de Artes de LUZ, el circuito Gran Cine, Cíngaro Cine y Mestizo Producciones.
Desde el Centro de Arte de Maracaibo Lía Bermúdez, en rueda de prensa este miércoles, Georgina Palencia, directora de Cultura de la Universidad del Zulia, informó que en laproyección de películas se incluye el preestreno nacional de las obras cinematográficas 3 Bellezas, de Carlos Caridad, y Km 72, de Samuel Henríquez, las cuales serán exhibidas en el Teatro Baralt los días 22 y 28 de enero respectivamente, a las 7 de la noche.
La programación contempla la presentación de cortometrajes venezolanos en el Liceo Bolivariano Aurelio Beroes de Maracaibo, el próximo jueves 22, desde las 3:00 de la tarde; mientras que desde el lunes 26 hasta el viernes 30 de enero, se desarrollará el Taller de Realización de cine para niños y niñas, dirigido por George Rojas y César Delgado, en la Escuela Básica Estatal Lucila Palacios.
El sábado 24 de enero a las 7:00 de la noche, la Plaza Santa Lucía, ubicada en el sector del mismo nombre, servirá de sala de cine a cielo abierto con la proyección de la obra Dos de Trébol, dirigida por Orlando Rosales.
Otras de las obras a proyectar son La Distancia más larga, de Claudio Pinto; Pipí mil, pupú dos lucas, dirigida por los hermanos Bencomo; Pelo Malo, de Mariana Rondón; además de la Retrospectiva Cinematográfica del realizador Carlos Caridad y la exhibición de noche de cortos nacionales infantiles, de cortometrajes venezolanos y la tercera edición del Festival Audiovisual Universitario Voy corto

Grandes éxitos del cine clásico se conmemoran en la Cinemateca Nacional con la muestra “Aniversario de películas”



Este año en el mundo del cine se celebran varios aniversarios de películas, que han pasado a la historia como clásicos; muchas llegando a cumplir hasta 60 años de haber aparecido en la pantalla grande por primera vez; por este motivo la Fundación Cinemateca Nacional estará presentando este mes, en su Red Nacional de Salas Regionales, la muestra titulada “Aniversario de Películas” para rememorar y homenajear, algunas de las piezas más destacadas del cine clásico mundial.

Los largometrajes enmarcados dentro de esta selección cumplen 55 y hasta 60 años en el 2014, son ganadores de premios Oscar, BAFTA, Globos de Oro, Globos de Cristal del Festival Internacional de Cine de Karlovy Vary, Palmas y FIPRESCI de Cannes; entre otros reconocimientos. Además estas cintas se destacan por entrar al Registro Nacional Fílmico (National Film Registry) en la Biblioteca del Congreso de los Estados Unidos, como es el caso de Carmen Jones(1954) de Otto Preminger, La ley del silencio (1954), de Elia Kazan y Con faldas y a lo loco, de Billy Wilder.

Muchas se ganaron puestos en estas importantes recopilaciones por sus personajes, su calidad, por cuanto hicieron reír o llorar, o por romper parámetros de sus épocas. Una muestra de ello, son La ventana indiscreta Con faldas y a lo loco, las cuales se encuentran respectivamentte en el puesto 48 y 14 de la lista 100 años, 100 películas del American Film Institute (AFI).

También podemos encontrar en otras cintas de aniversario, como La ley del silencio y la Strada (1954) de Federico Fellini, compiladas entre Las mejores 45 películas del Vaticano; y las cintas venezolanas Araya (1959) de Margot Benacerraf, fundadora de la Cinemateca Nacional, y Caín adolescente (1959) de Román Chalbaud, son frecuentemente nombradas en las listas de las Mejores películas del Cine Venezolano.

Todo buen amante del cine clásico podrá disfrutar del 15 al 30 de noviembre de esta serie de películas que gracias a sus diversas e interesantes historias, les encantará volver a ver.

Invitamos a todos y todas a disfrutar de la programación que ofrece la Fundación Cinemateca Nacional y a visitar nuestra página web: www.cinemateca.gob.ve y redes sociales Twitter @cinematecavzla y Facebook cinemateca.nacional.

Disponibles en YouTube adelantos del cine venezolano para este 2015



El cine venezolano muestra una fantástica evolución tras abrir su abanico de contenidos, lo que da prueba del talento artístico presente en el país. Prueba de esto es la cantidad de películas que estarán disponibles para los espectadores este año 2015. Para ver un adelanto, ya están disponibles en You Tube los trailers de algunas de las películas venezolanas pendientes por salir a las salas de proyección.
 
El primer estreno en 2015 será el de Tres Bellezas, del zuliano Carlos Caridad Montero. Esta película, que tendrá su estreno este viernes 23 de enero, aborda la obsesión venezolana por los concursos de belleza a través de la historia de Perla Camacho, ex reina de belleza que prepara compulsivamente a sus dos hijas para convertirlas en modelos. Puede disfrutarse de un adelanto en este enlace:



 
Nikkei, es un documental realizado por Kaori Flores, que se estrenará el 30 de enero. En la producción se aborda el tema de la migración asiática a América Latina y la búsqueda de la identidad nacional fuera de las fronteras.



 
En febrero se estrena  Sabino vive, de Carlos Azpurua, que se centra en la figura de Sabino Romero, cacique de la tribu yukpa, asesinado en 2013. En marzo se estrena la cinta Km72, de Samuel Henríquez. En el filme, el millonario Diego Verastegui (que fue interpretado por Gustavo Rodríguez) fue asesinado en su casa por un ladrón que robó un maletín escondido en la caja fuerte. Su guardaespaldas encuentra a tres sospechosos en la escena del crimen: Carlos, el hijo del millonario; Anna Karina, una chica encantadora, y Andrés, un mago bohemio. Cada uno dará su versión del asesinato.





 
El viernes 13 de marzo se estrenará la película El infierno de Gaspar Mendoza, de Julián Balam. El film narra la historia de Gaspar, un soldado que batalló en la Guerra Federal y que con el tiempo deberá enfrentarse a los fantasmas de sus víctimas.
 



El 27 de Marzo llega El desertor, de Raúl Chamorro, es la historia de dos jóvenes enamorados, Julián y Sagrario, que deben pasar por las más duras pruebas para defender su amor, es una película de Raúl Chamorro Guerra, con Magdiel González, Eliane Chipia y Leonidas Urbina.



 

26.1.15

Están respetando al cine venezolano



2014 fue uno de los años más prolíficos para el séptimo arte venezolano. Premios, exhibiciones especiales y particiones en festivales internacionales lo certifican Zona norte.- Desde que se proyectó en 1897 “Célebre especialista sacando muelas en el Gran Hotel Europa”, primera película hecha en Venezuela, el cine criollo ha trabajado para lograr una mayor identificación con el público. “Al enterarme que el séptimo arte en el país rompió récords en taquilla y ver la receptividad de los espectadores, entendí que están respetando el cine venezolano”, puntualizó el productor y actor Thomas Piedra. Piedra aseguró que hace cinco años era difícil imaginarse cómo se posicionaría el trabajo de la cinematográfica nacional, pero explicó que hoy en día está cerca de convertirse en una industria. “Nosotros trabajamos arduamente con el deseo de que las cintas vayan en aumento. Nos preparamos en otros países para hacer un producto de calidad para el público”. El presidente del Centro Nacional Autónomo de Cinematografía (Cnac), Juan Carlos Lossada, comentó que estos logros son el resultado de un trabajo que empezó hace tiempo, con creaciones de leyes para los sindicatos de actores, apoyo a las producciones y las promociones “al retrato genuino del país”. Al director de la Escuela Nacional de Cine, Eduardo Berner, le resulta maravillosa la diversidad de temas en la pantalla. “Tenemos una película de terror, una que habla sobre la homosexualidad o de la reconciliación como ‘La distancia más larga’. Ya no está sólo focalizado en los barrios y la violencia”. Según el presidente del Cnac en 2015 se prevé que se estrenen unos 53 títulos y apuesta a que el cine criollo siga ganando reconocimiento. “Gracias a todos mis actores valientes que se atrevieron a hacer esta película y a representar a estos personajes. Gracias a Venezuela, por haberse reconciliado con nuestro cine, al público que día a día llena las salas para ver cine nacional”. Miguel Ferrari / Director de “Azul y no tan rosa”. Primera película venezolana en ganar el Premio Goya a la mejor cinta hispanoamericana, en 2013

Cinemateca celebra 118 años del cine venezolano



El 28 de enero de 2015 se cumplirán 118 años del inicio del arte cinematográfico en Venezuela, por lo que Fundación Cinemateca Nacional celebrará con buen cine criollo desde este jueves 15 de enero, exhibiendo una selección de películas venezolanas que fueron estrenadas durante 2014, informó su departamento de prensa. Las proyecciones tendrán lugar en las Salas Cinemateca MBA y CELARG, y el resto de la Red Nacional de Salas Regionales.

El cine venezolano ha contando con un gran auge en los últimos años: durante 2013 más de 13 estrenos se exhibieron en las salas comerciales y en el 2014 casi se doblo la cifra. Sólo hasta el pasado 28 de noviembre ya habían entrado en cartelera 22 filmes venezolanos, entre los que se encontraban cinco documentales y 17 largometrajes de ficción, alcanzando los 2.097.208 espectadores de cine venezolano. 

Si se toman en cuenta los reestrenos y las obras nacionales en estreno con continuidad en el año 2014, el monto se eleva a un total de 4.173.080 espectadores de cine venezolano durante el pasado año (según datos del Centro Nacional Autónomo de Cinematografía CNAC, para el 27 de noviembre de 2014).


Durante el mes del cine venezolano se hace propicia la ocasión de revisitar 15 largometrajes nacionales entre documentales y ficción estrenados el pasado año, a través de esta muestra que presentamos en conjunto con el Centro Nacional Autónomo de Cinematografía (CNAC).

En esta muestra los espectadores podrán disfrutar de Libertador, dirigida por Alberto Arvelo, (2014), una coproducción entre Venezuela y España que alcanzó los 697.001 espectadores en sus 18 semanas en cartelera. También se exhibirá Pelo Malo, de Mariana Rondón (2014), ganadora de la Concha de Oro como mejor Película en la 61° edición del Festival de San Sebastián filme que logró mantenerse 20 semanas en cartelera y fue visto por242.328 espectadores.

Otra de las cintas incluidas en esta selección, es La distancia más larga, de Claudia Pinto, (2014), una obra que inició su camino de éxitos con reconocimientos como el Premio del Público en el Festival de Montreal; alcanzando los casi 177 mil espectadores en 14 semanas de exhibición y que además competirá en el Goya 2015.

Igualmente proyectaremos el documental sobre la vida y obra del Dr. Jacinto Convit, expresión de una época donde germinó la esperanza, dirigido por María Eugenia Mosquera y Sergio Monsalve, (2014). Convit fue creador de la vacuna contra la lepra y fundador del Instituto de Biomedicina de Caracas, además de la Red Nacional de Dermatología Sanitaria.

Verde Salvaje, de Belén Orsini, (2014) será otro de los documentales que se presentará, esta película muestra una expedición a la isla de las Aves, el Archipiélago de los Roques y el Golfo de Venezuela, para conocer de cerca el mundo salvaje de la Tortuga Verde (Chelonia mydas), las costumbres de los habitantes de la zona que giran en torno a este animal y los intentos por preservar su existencia en este planeta. Estas y otras películas estarán disponibles en nuestras salas de cine hasta principios del próximo mes.

Para mayor información pueden visitar nuestra página web: www.cinemateca.gob.ve y redes sociales Twitter @cinematecavzla y Facebook cinemateca.nacional


Primera película en idioma Warao llega en 2015 a los cines venezolanos



 "Dauna. Lo que lleva el río", del director Mario Crespo, es la primera película venezolana en idioma Warao que se estrenará en marzo de 2015 en las salas de cine del país, para plantear el tema de los derechos de la mujer y la cultura como un hecho vivo.

Esta producción, filmada en locaciones del Delta del Orinoco, fue desarrollada con el apoyo del programa IBERMEDIA y el Centro Nacional Autónomo de Cinematografía (CNAC).

Dauna es una mujer que se atrevió a ser diferente, enfrentando las costumbres atávicas de su cultura y pagó su precio. Sin rendirse a las derrotas y pérdidas, éstas las condujeron a la reconciliación y la leyenda.

Con un costo de 7,5 millones de bolívares, esta película requirió siete semanas de preproducción y siete de rodaje en zonas propias del hábitat del pueblo Warao desde hace más de cinco mil años


Mira Aquí el Tras Cámara 




23.1.15

Leonardo DiCaprio y Robert De Niro protagonizan spots de tv dirigidos por Martin Scorsese

Por cada spot del proyecto titulado ?The Audititon?, los intérpretes recibieron  $13 millones de dólares de manera individual. El relato de los comerciales se centra en dos actores que compiten por el mismo papel en una pel& - ENFILME.COM

Robert De Niro Leonardo DiCaprio, dos de los habituales colaboradores deMartin Scorsese, trabajan juntos por primera vez, pero no en una película sino en una serie de anuncios para televisión que busca promocionar un nuevo casino en la bahía de Manila en Filipinas.
Por cada spot del proyecto titulado “The Audititon”, los intérpretes recibieron  $13 millones de dólares de manera individual. El relato de los comerciales se centra en dos actores que compiten por el mismo papel en una película de Scorsese.
Se rumora que le presupuesto para la campaña del casino fue de $70 millones de dólares.
Aquí pueden ver uno de los promocionales estelarizados por De Niro y DiCaprio:


Video: ‘Future Shock’, documental narrado por Orson Welles sobre los peligros del cambio tecnológico

Documental narrado por Orson Welles sobre los peligros del cambio tecnológico. - ENFILME.COM

Future Shock (1972), documental dirigido por Alex Grasshof, se basa en el libro de 1970 del escritor, Alvin Toffler; retoma sus conjeturas sobre las consecuencias en las sociedades del futuro respecto al uso y abuso de la tecnología. Básicamente, Toffler planteó la idea, en ese entonces, de que las cosas estaban cambiando demasiado rápido, y que los humanos simplemente no estaban preparados para hacer frente a un crecimiento tecnológico tan rápido. (A él ya no le tocó ver el frenesí que se vive cada que anuncia el lanzamiento de un nuevo iPhone). 
Orson Welles aporta su llamativo tono de voz para narrar el documental y rescatar las inquietantes predicciones y posturas que algunos sostenían sobre la tecnología en la década de 1970. En algún momento del filme, Welles ofrece una especie de monólogo para decir:
En el curso de mi trabajo, que me ha llevado a casi todos los rincones del mundo, veo a muchos aspectos de un fenómeno que sólo estoy empezando a entender. Nuestras tecnologías modernas han cambiado el grado de sofisticación más allá de nuestros sueños más salvajes. Pero esta tecnología ha cobrado un precio bastante pesado. Vivimos en la era de la ansiedad y el tiempo del estrés. Y con toda nuestra sofisticación –de hecho somos las víctimas de nuestras propias fortalezas tecnológicas– somos víctimas del choque ... un shock del futuro.
A continuación puedes ver Future Shock: