En Room to Dream: David Lynch and the Independent Filmmaker, el cineasta norteamericano habla sobre cómo traslada sus visiones e ideas a la pantalla grande. El material audiovisual registra el proceso de hacer cine, desde la primera idea hasta la postproducción.
"Para mí, el cine es sonido e imagen en movimiento, juntos, en el tiempo", asegura David Lynch, quien al compartir sus inicios como cineasta que proviene del mundo de la pintura y su comprensión del cine como arte, habla de cada etapa de la producción, su visión de los avances tecnológicos, y cómo éstos abren las puertas a los fabricadores y “contadores” de historias, siempre y cuando se le de un uso adecuado y creativo a la tecnología disponible. El video se reproduce como si se tratara de una clase de cine de 20 minutos impartida por el propio Lynch. Simple, directo al grano, sagaz e inteligente, el director de Blue Velvet (1986) y Mulholland Drive (2001) comparte su experiencia en el ámbito de la creación artística señalando que un filme es una colaboración completa; las ideas –no siempre y no todas– vienen del director, sino de cada uno que forma parte del proyecto. Además, su postura ante el guión cinematográfico como un plano para crear los elementos visuales, pues para él, el cine es como “pintar tranquilamente con un pincel fino.”
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