Hace 148 años nació el teórico del arte y pintor abstracto ruso, Wassily Kandinsky. Él creció en Odessa, donde comenzó a interesarse desde muy pequeño en la música. Aunque estudió Economía y Derecho, su rumbo cambió cuando, en 1895, asistió a una exposición de pintura en Moscú y quedó entusiasmado al ver la obra de los impresionistas franceses, específicamente con la serie de Claude Monet tituladaAlmiares. Más tarde, el exponente de la pintura abstracta recordó aquella experiencia:
Y de pronto, por primera vez, vi un cuadro. Leí en el catálogo que se trataba de un montón de heno, pero no podía reconocerlo […]. Me di cuenta de que faltaba el objeto del cuadro […]. Lo que tenía perfectamente presente era la insospechada y hasta entonces oculta fuerza de la paleta. […] Esta falta de reconocimiento fue doloroso para mí. He considerado que el pintor no tenía derecho a pintar indistintamente. Sentía sordamente que el objeto de la pintura había desaparecido. Y me di cuenta con sorpresa y confusión que la imagen no sólo se apoderó de mí, pero sí impresionó indeleblemente mi memoria. La pintura adquirió un poder de cuento de hadas y esplendor.
Kandinsky dejó su trabajo como docente de la Facultad de Derecho de la Universidad de Moscú y se dedicó a la pintura. Él emigró, primero a Francia y luego a Alemania, donde decidió alejarse de la pintura figurativa. Fue uno de los primeros en crear obras completamente abstractas. En su tratado De lo espiritual en el arte (publicado en 1912), Kandinsky declara que los elementos dentro de una pintura no deben corresponder a cualquier objeto externo, sino sólo a la necesidad interior del artista.
En 1926, el cineasta Hans Cürlis registró a Kandinsky mientras éste aplicaba pintura a un lienzo en blanco para la galería Neumann-Nierendorf en Berlín. A continuación puedes ver una muestra de cómo trabajaba el artista ruso:
Hace tres años, en 2011, para conmemorar el 145 aniversario del artista, el Museo de Arte Moderno de Nueva York (MoMA) realizó una amplia retrospectiva. Una de las invitadas para hablar de la obra del pintor fue la británica, Helen Mirren. Además de ser una talentosa y hermosa actriz, Mirren se muestra inteligente, conocedora y con un discurso elocuente y sin pretensiones, expresando el profundo amor que siente hacia la pintura y la enorme admiración que profesa a Kandinsky.
No hay comentarios:
Publicar un comentario