Con Jauja (Argentina-Dinamarca-Francia-México, 2014), el argentinoLisandro Alonso es de los más recientes directores en utilizar la relación de aspecto 4:3 con la intención de resucitar su uso. El 133 de ancho por 100 de alto es el formato más antiguo, y muy utilizado durante los comienzos del cine. Es conocido como el formato académico, debido a que está inspirado en criterios estéticos clásicos (el Partenón, por ejemplo, utiliza la misma composición) y en la visión natural del ojo humano (cuyos ángulos de visión son de 40º en horizontal y 30º en vertical, es decir, una relación de aspecto de 4 a 3 (igual a 1,33:1).
En sus inicios, el marco del celuloide de 35 mm era de cuatro perforaciones alta, creando una relación estándar de la industria de 4:3, o 1,33:1, a menudo abreviado a 1:33. Cuando el sonido sincronizado llegó en 1929, las dimensiones se expandieron ligeramente para permitir que se integrara la tira de la banda sonora, creando así una nueva relación de aspecto (1:37). El surgimiento de la televisión obligó a que las películas fueran realizadas para ser proyectadas en formatos más grandes; hacia la década de 1950 surgieron los formatos conocidos como Cinerama (2.59), Cinemascope (2.35) y VistaVision (1.85), y también experimentos en formatos de enormes dimensiones y sumamente caros como el de 65mm y 70mm. Hoy en día, la convención favorece una relación de aspecto de cine anamórfico 1.85 (el proceso de compresión de imagen de pantalla ancha en un formato de relación de aspecto más estrecho, como de 35mm). La televisión todavía se aferra a sus orígenes (4:3), con una tendencia creciente hacia el 16:9 (1.77). La historia completa es mucho más compleja que las generalidades mencionadas anteriormente, pero ello nos sirve para hacer una revisión rápida de los formatos
En los últimos años varios cineastas alrededor del mundo han mostrado su interés en explorar la relación de aspecto 4:3 en el cine contemporáneo. A continuación te presentamos un listado realizado por Leigh Singer –crítico, investigador y periodista, colaborador del British Film Institute– con las 10 grandes películas contemporáneas, además de Jauja, que han utilizado el formato académico –con observaciones incluidas por parte del autor–.
Elephant
Dir. Gus Van Sant (Estados Unidos, 2003)
Hay una razón práctica para el uso del 4:3; originalmente la películas fue comisionada por la cadena televisiva HBO. Van Sant y el director de fotografía, Harris Savides, quedaron estimulados visualmente por la apariencia visual del formato. La crónica de la masacre de Columbine le da seguimiento a diversos protagonistas recorriendo los pasillos de la escuela y los suburbios, el encuadre comprimido da una fuerte sensación de aislamiento y descontento a los adolescente.
Les amours d'Astrée et de Céladon
Dir. Eric Rohmer ( Francia, 2007)
El francés, Eric Rohmer, fue de los pocos cineastas que han mostrado una devoción constante al formato 4:3, desde sus inicios a principios de los sesenta hasta su última película realizada en 2007, El romance de Astrea y Celadón. El filme es una intrigante, incluso radical, manera de representar una fantasía que gira alrededor de dos jóvenes amantes ensimismados y confundidos, faltos de identidad. Conocido también por su habitual uso de la lente de 50mm –la lente más próxima al ojo humano–, Rohmer destacó por el uso de discretos planos medios, así como la iluminación natural; el uso del formato académico permite que el espectador permanezca como un observador cercana a las debilidades de los personajes.
Fish Tank
Dir. Andrea Arnold (Reino Unido, 2009)
Andrea Arnold relata las tensiones familiares de Mia, una adolescente frustrada y solitaria enfadada con su madre cuando se entera del nuevo noviazgo de esta última. La directora aprovecha el formato 4:3 como el marco perfecto para encapsular a una persona; Arnold nunca abandona a Mia, la acompaña en todo momento creando una intimidad seductora con la protagonista. Arnold y el director de fotografía, Robbie Ryan, eligieron el mismo encuadre visual para su siguiente colaboración, Cumbres borrascosas (2011).
Meek’s Cutoff
Dir. Kelly Reichardt (Estados Unidos, 2010)
Es tentador imaginar todos los westerns como epopeyas panorámicas de hombres enfrentados a la naturaleza desértica. En una estrategia inteligente, Kelly Reichardt opta por el formato académico para narrar la historia de una pequeña caravana de colonos de Oregon, dirigidos por un guía fanfarrón que podría llevarlos hacia el peligro. El formato 4: 3 pone al espectador en una posición similar a los viajeros cada vez más cautelosos: No se puede ver demasiado lejos en el paisaje restringido, resulta difícil ver más allá en un entorno árido invadido por el polvo y la tierra. Desde una perspectiva estética también hay un hermoso contraste entre el marco cuadrado y las líneas curvas de los vagones o de las figuras humanas, por lo que a menudo se utiliza para enmarcar los rostros de las actrices, aunque ocultando hábilmente las intenciones y emociones de los personajes
Tabu
Dir. Miguel Gomes (Portugal-Alemania-Francia, 2012)
Miguel Gomes recupera un tema similar tratado por F.W. Murnau en Tabu (1931): un triángulo amoroso en una región “exótica”. El realizador portugués también recurre a la misma estética que empleó el director alemán: la monocromía (blanco y negro) y el formato 4:3. Gomes, más allá de las referencias a Murnau, tiene sus propias ambiciones: la exploración de la memoria y la identidad de los seres humanos y del cine
Laurence Anyways
Dir. Xavier Dolan (Canadá-Francia, 2012)
El joven realizador canadiense, Xavier Dolan, opta por el formato académico para relatar las preocupaciones de un hombre decidido a cambiarse de sexo. Exuberante en sus colores y un tanto exhibicionista en el registro emocional de sus personajes, el formato apenas es suficiente para contener la extravagancia de Dolan. Laurence Anyways es el preludio del diseño visual radical que Dolan emplea en su más reciente filme, Mommy (2014): una relación de aspecto de 1:1.
No
Dir. Pablo Larraín (Chile-Francia, 2012)
El filme es sobre el referéndum de 1988, en Chile, que terminó con la dictadura del general Augusto Pinochet, y que se caracterizó por una revolucionaria campaña de publicidad en televisión. Pablo Larraín recurre inteligentemente al 4:3 para recrear una estética televisiva de las imágenes que le interesa mostrar. Su efecto cinematográfico consiste en una integración casi perfecta de documental de archivo (que comprende alrededor del 30% de la película terminada) y el drama de ficción, una consistencia que, de alguna manera, hace que los dos conjuntos de imágenes se funden en un atractivo híbrido docudrama
Post Tenebras Lux
Dir. Carlos Reygadas (México-Holanda-Francia, 2012)
El realizador mexicano, Carlos Reygadas, filtra sus visiones alusivas a través de una lente biselada hecha a la medida: claro y fuerte en el centro del marco; borrosa y fracturada hacia los bordes. Esta distorsión hace eco de la disonancia que sienten sus protagonistas adultos y, a pesar de su sorprendente punto de vista deformado, la elección del 4:3, irónicamente, ayuda a orientar al público –para el ojo humano es mucho más sencillo navegar en un ambiente deformado mientras éste es más cuadrado en lugar de ser un rectángulo alargado– permitiendo ver la extrañeza de la imaginería del director.
Ida
Dir. Pawel Pawlikowski (Polonia-Dinamarca, 2013)
“Realmente estoy aburrido con el cine y sus trucos –primeros planos, cámara en mano, la música que subraya todas las cosas–. Todo eso no funciona en mí nunca más. Así que pensé, de acuerdo, hagamos una película que sea más cercana a la fotografía”, le confesó el director, Pawel Pawlikowski, a Leigh Singer. Para conseguirlo, el cineasta polaco empleó el blanco y negro, y el formato 4:3. Los encuadres son ideales para observar a las dos mujeres protagonistas de la historia; Pawlikowski adoptó instintivamente un encuadre inclinado en marcha, a menudo dejando a sus personajes “amarrados” o incluso “abandonándolos” en el primer tercio inferior, otorgándole una sensación de misterio, vacío y búsqueda espiritual a los dos tercios restantes.
The Grand Budapest Hotel
Dir. Wes Anderson (Estados Unidos, 2014)
Si bien muchas de las películas de Wes Anderson tienen un ambiente atemporal, su estancia en el Hotel Budapest marca su primera pieza de época. Como formalista consumado, es de esperarse que Anderson señale las tres épocas distintas empleando los formatos de pantalla característicos de cada uno de los periodos: 1.85:1 para el escenario moderno, 2.35:1 (el formato que más veces ha empleado Anderson en sus películas) para los sucesos que ocurren alrededor de 1960, y el 1.37:1 (o 4:3) para enmarcar la mayor parte de la historia ambientada en 1932.
fuente: www.enfilme.com
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